domingo, 28 de febrero de 2010

Obras
















MamadouArt

Pinturas Africanas

Vida cotidiana en Senegal

Artículo: Fco. J. Núñez Corchero.

Fotografía: Lourdes Caballero Valadés.

Hace ya año y medio que Mamadou, el autor de estas pinturas, vive en Mérida y esta es su segunda exposición. En la primera, que se hizo en el café Alaudae, consiguió vender todos los cuadros y nos alegramos de contaros, que en la Galería ha conseguido venderlo todo también. Procede de Senegal y pasó algo más de un año viviendo en Granada, intentando vender sus obras en la calle, como no importunado por la policía que de cuando en cuando le obligaba a recoger las cosas y echar a correr.

Desde que una amiga le invitó a venir aquí Mamadou reconoce que ha sido apoyado y ayudado por mucha gente y por fin empieza a sentirse como en familia.

Sus obras son representaciones estilizadas de los personajes de la vida cotidiana de Senegal. Pintados sobre madera y con telas africanas sobrepuestas. Todos atareados en las faenas diarias, pescadores, vendedoras de pájaros, labradores, cazadores, las inevitables mujeres cargando agua y por supuesto músicos, los llamados Gríos tocando el tambor tradicional: Yembé. Sus rostros no interesan, apenas están simbolizados con tres puntos blancos, lo que se quiere destacar es la alegría de sus vestidos, esas telas reales que cuentan como, a pesar del duro trabajo, es una gente alegre, que muestra esa alegría en los cuidados trajes que visten a diario.

Como se puede ver en las fotografías los cuadros más grandes están divididos en dos partes, más o menos a la altura de la cintura, sujetos con cuerdas hechas de material reciclado para facilitar su transporte.

Parte del éxito de los cuadros de Mamadou es su precio, por supuesto. Los más caros, de más de un metro de altura, se venden por cincuenta euros, treinta los medianos y sólo veinte euros las figuras más pequeñas. Todo un lujo de arte a un precio asequible.


La esencia exótica de los cuadros que aquí nos llama la atención y es gran parte de su éxito, esos personajes, sus vestidos, las mismas actividades a las que se dedican, resultaba demasiado habitual en su país como para conseguir venderlos.

Además de haber sido recibido estupendamente, Mamadou nos cuenta el apoyo y el empuje que recibió de Mikelo, a quien todos ya conocéis. Por un lado le ayudó a perfeccionar su técnica y por el otro le dio el impulso que necesitaba para hacer realidad sus ideas. Empuje necesario para creer que podía ganarse la vida con sus obras, sobrevivir y pagar alquiler y facturas.

Nos cuenta también que a pesar de que a él empieza a irle bien, hay otros artistas de su país que no tienen la posibilidad de exponer y por lo tanto sacar al mercado sus trabajos y se encuentran, por su condición de emigrantes igual que él, sin demasiadas oportunidades para encontrar otros trabajos.

Aunque Mamadou ha conseguido vender todas las obras expuestas en la Galería, y algunas más a petición del público entusiasmado, aún tiene otros trabajos entre sus manos, así que si quieres tener un pedazo de Senegal y de su gente en tus manos, ya sabes donde puedes encontrarlo.